Estamos acostumbrados a razonar erróneamente de la siguiente manera: si tener el ahorro en bolsa me quita el sueño, mi perfil de riesgo es conservador y, por tanto, no puedo invertir en acciones. Uno acaba descartando las oportunidades que ofrece la renta variable e invierte su ahorro en activos menos arriesgados que aportan unos retornos pobres, como la renta fija, que incluye deuda pública o privada (bonos, obligaciones y letras del Tesoro).

En realidad estás perdiendo dinero. O, dicho de otra forma, estás dejando de ganar más dinero al invertir pensando en tu perfil de riesgo y no en el horizonte temporal, es decir, en el tiempo dispones para alcanzar tus objetivos, que es el que debe marcar en qué activos pones tu ahorro a trabajar. “La inversión es un problema de planteamiento numérico y, por lo tanto, con solución matemática. No puede influir el carácter de la persona a la hora de resolverlo”, afirma Gustavo Trillo.

En su opinión, la construcción de la cartera tiene que hacerse en función del horizonte temporal del dinero que vayamos a invertir y “siendo plenamente conscientes de que invertir a largo plazo conlleva riesgo de fuertes variaciones temporales en los precios en el corto plazo”.

El tiempo, tu mejor aliado

Cuanto más plazo tengas para cumplir tus metas más posibilidades tienes de conseguirlas, ya que el tiempo juega a favor de las inversiones. Si ahorras e inviertes para la jubilacion, y todavía te quedan 30 años para alcanzarla, puedes asumir riesgo y apostar por productos con más rentabilidad, como la renta variable por dos razones. De un lado, con un horizonte temporal amplio siempre tendrás margen para recuperarte de las pérdidas que seguramente registrarás en algún momento de ese largo periodo; de otro, te beneficiarás del interés compuesto, aquel por el que tu dinero seguirá creciendo con el paso de los años al reinvertir los intereses generados ejercicio tras ejercicio.

Por ejemplo, si inviertes 10.000 euros en un producto que invierte en renta variable con una rentabilidad media del 10% significa que, al año, tu inversión habrá generado un rendimiento de 1.000 euros. Por tanto, acumularás 11.000 euros. Al año siguiente, la ganancia obtenida será de 1.100 y la inversión inicial pasará a 12.100. Y así sucesivamente. El tiempo será tu gran aliado.

Si ahorras e inviertes para la jubilación, y todavía te quedan 30 años para alcanzarla, puedes asumir riesgo y apostar por productos con más rentabilidad

Pongamos otro escenario de ahorro. Si durante esas tres décadas que te quedan para jubilarte vas ahorrando e invirtiendo todos los meses 100 euros, cuando llegues al retiro laboral habrás acumulado algo más de 200.000 euros. Si por el contrario te hubieses dejado influir por tu perfil de riesgo conservador y lo hubieses invertido en un producto de renta fija, con un rendimiento medio anual del 4%, tus ganancias serían tres veces menos, por debajo de los 70.000 euros.

Ahora bien, si el dinero lo necesitas a medio plazo, en menos de cinco años, por ejemplo, entonces es recomendable no asumir tanto riesgo e invertir en productos menos rentables, pero con los que tendrás más seguridad de conservar tu ahorro; puede ocurrir que te veas obligado a vender en un momento en el que el mercado de la renta variable no esté a tu favor. Pero cuidado, porque si no es un producto garantizado, aunque sea renta fija, puedes perder dinero, porque ‘fija’ no es sinónimo de inversión segura al 100%, lo que se mantiene es el interés ofrecido, pero podría suceder que el precio de ese activo haya caído y vendas por debajo de lo que lo compraste.

“El perfil de riesgo es algo intangible, difícil de medir. Una misma persona puede tener dos perfiles de riesgo distinto en dos entidades distintas, o incluso dos perfiles distintos en dos momentos distintos del tiempo en la misma entidad. No parece un buen punto de partida para resolver un problema matemático”, insiste Trillo. En definitiva, es el horizonte temporal el que determina en qué productos inviertes al margen de tu tolerancia al riesgo, de tal manera que “a cada plazo, un activo, y para cada activo, un plazo”.

Fuente. www.elconfidencial.com