La era en la que los activos financieros baten a la economía real ha llegado a su fin y abre paso a la nueva realidad: la era de la disrupción. Un nuevo contexto con efectos sobre la economía, activos financieros y, por supuesto, las carteras de los inversores. Es el mensaje que transmitió Joachim Fels, asesor económico global de PIMCO, en una reciente visita a Madrid.

De cara a los próximos años, la gestora pronostica un entorno relativamente benigno. No ve una recesión a la vista porque la Reserva Federal ha dado un triple giro acomodaticio con su postura sobre los tipos, la inflación y su balance. Dicho lo cual, si ve probable que la economía se contraiga en los siguientes 3-5 años, pero esta será poco profunda aunque más alargada. “Como un plato llano”, describe el experto. Fels ve principalmente cinco disruptores importantes:

1- China, que está de camino a recuperar su dominio global. El poder económico implica poder político. Para Fels esto es la raíz del conflicto actual con Estados Unidos y precisamente por ello no tendrá fácil resolución.

2- El populismo, que no es una tendencia nueva, pero sí está cogiendo más fuerza. El auge de partidos populistas tanto de izquierda como de derecha tiene una consecuencia común: mayor proteccionismo. “Si hay algo en lo que se ponen de acuerdo ambos lados en la protección de su país, ya sea de sus negocios o su mercado laboral”, explica Fels. Esta ola de des-globalización es un riesgo importante.

3- La demografía, esto es, la japonización de las economías de los principales países desarrollados: baja inflación, bajos tipos de interés y bajo crecimiento. El problema que ve el economista es que lo que ha funcionado a Japón no necesariamente saldrá bien en Europa y Estados Unidos.

4- La tecnología es la gran tendencia imparable que se expande más allá de su sector. Ciertos modelos de negocio se han quedado obsoletos y la economía real está notando el impacto de las implicaciones.

5- La volatilidad en el mercado financiero. Los años de bonanza bursátil que dejamos atrás están mostrando sus grietas en la actualidad. Los inversores han adaptado sus carteras para asumir mayor riesgo, los balances de las compañías están más apalancadas y la liquidez del mercado se ha restringido por la mayor regulación.

Cómo componer la cartera

Ante esta fase final de ciclo, la firma estadounidense está adoptando una postura más cauta en sus carteras. Como premisa general, el ahorrador debe asumir que los tipos van a permanecer bajos durante más tiempo. Eso, según explica Geraldine Sundstrom, gestora de carteras multiactivos de la firma, significará mayor volatilidad y menores retornos esperados. No obstante, esto se deberá combinar con una reserva de pólvora seca para ser oportunistas cuando los mercados ofrezcan una ventana.

Sundstrom aboga por sobreponderar la calidad en todos los aspectos de la composición de la cartera. Esto es, apostar por regiones en las que los bancos centrales tengan margen de maniobra, con gobiernos que puedan usar herramientas fiscales para impulsar sus economías y que hayan desarrollados áreas punteras en los sectores de crecimiento del futuro (básicamente la tecnología).

En renta fija, están sobreponderando emisiones estadounidenses. “Porque es el único país cuyo país puede recortar tipos de interés”, explica. Están cautos en high yield, donde prefieren emisiones cortas y de empresas con buena visibilidad.

En renta variable esa calidad la encuentran en Estados Unidos y Japón. Este último principalmente por las valoraciones. Por sectores, ven valor en los defensivos como salud y farmacéuticos, así como partes del tecnológico que reúnen esas características de calidad.

Como notarán, Europa no destaca entre las apuestas. Y es que desde PIMCO no auguran un escenario positivo para el mercado precisamente porque es la región que más sufre las cincos disrupciones antes mencionadas. Ha sido un gran exportador a China, por lo que una base de su crecimiento económico se ha puesto en duda. Además, como señala Sundstrom, exportaban bienes que desde China pueden sustituir con facilidad. Con una población envejecida, la demografía no juega a su favor y en la batalla tecnológica apenas tienen representación. Sus mercados reflejan más compañías de los sectores más clásicos. Y como colofón, su banco central no margen para bajar tipos ni los países para aplicar estímulos fiscales.

Fuente: www.es.fundspeople.com